EL AYMARA VICENTE ALANOCA AROCUTIPA, LA IZQUIERDA Y LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

José Carlos Gutiérrez Sancho, Apu Mallku 

Lo que pasó con Vicente Alanoca no es sorpresa. Él no perdió ni la izquierda ganó, simplemente una vez más queda claro que esos partidos, los de derecha y también parte de los de la vieja izquierda, siguen sin aceptar que un indígena originario pueda conducir decisiones políticas. Nos ven como base, nunca como protagonistas.

Ese paternalismo disfrazado ya no engaña a nadie. Nos dicen «compañeros» y a veces “hermanos”, pero no nos reconocen como iguales. Hablan de cambio, pero no sueltan el poder. Quieren nuestro apoyo, pero no quieren compartir decisiones.

Ante eso, la respuesta es una sola: organización y unidad de los pueblos originarios.

Debemos tomar y ocupar los espacios de participación, articular a nuestras autoridades legítimas y construir nuestra propia fuerza política a través de un instrumento político que transmita y refleje el pensamiento, aspiraciones y voluntad de nuestros pueblos. Y si, en el proceso, en algún momento se camina con algún partido, que sea solo con quienes respeten nuestras agendas y estén dispuestos a tratarnos de igual a igual, sin tutelas, paternalismos, ni imposiciones.

Lo que pasó con el hermano Vicente Alanoca debe abrirnos los ojos, si no fortalecemos nuestro propio instrumento político, otros seguirán decidiendo por nosotros.

Es tiempo de que los pueblos originarios dejemos de ser “la base” y pasemos a ser los que conducen, deciden y marcan el rumbo. Nuestro derecho a participar y a gobernar no se pide, se ejerce con fuerza y coraje.

Que viva los pueblos originarios!!!